DISCURSO
DE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, PRESIDENTE DE MÉXICO, EN SU SEGUNDO INFORME DE
GOBIERNO
(en este texto podrán observar el uso alternado del lenguaje inclusivo y del lenguaje desdoblado).
Amigas, amigos:
Fui de los
primeros en sostener que el principal problema de México era la corrupción, y
ahora no tengo la menor duda: la peste de la corrupción originó la crisis de
México. Por eso me he propuesto erradicarla por completo y estoy convencido de
que, en estos tiempos más que en otros, transformar es moralizar.
Este
gobierno no será recordado por corrupto. Nuestro principal legado será
purificar la vida pública de México. Y estamos avanzando: no hemos emprendido
persecuciones facciosas ni venganzas políticas, pero tampoco encubrimos a nadie
ni permitimos la impunidad. Ya se acabó la robadera de les
de arriba pero todavía falta desterrar por completo el bandidaje oficial.
La
austeridad republicana es una realidad. Son hechos, no palabras. Ya no hay
lujos en el gobierno y todo lo que se ahorra se destina a conseguir el
bienestar del pueblo. Según cálculos oficiales, por no permitir la corrupción y
por hacer un gobierno austero, hemos podido ahorrar durante nuestra
administración alrededor de 560 mil millones de pesos.
No es para
presumir, pero en el peor momento contamos con el mejor gobierno. Estamos
enfrentando dos crisis al mismo tiempo, la sanitaria y la económica, y vamos
saliendo adelante.
La
pandemia no es un asunto político sino de salud pública. Por eso he confiado
las decisiones en esta materia a un equipo de profesionales con gran
experiencia y capacidad. El coronavirus nos ha dejado dolor, tristeza y
penurias, pero también ha fortalecido el amor en las familias, ha demostrado el
humanismo y la entrega de les trabajadores de la
salud y ha resaltado la conocida fraternidad de nuestro pueblo.
Es
indudable que saldremos de la pandemia con un mejor sistema de salud. Recibimos
el gobierno con 401 hospitales abandonados, saqueados o a medio construir, y con
un déficit de más de 200 mil profesionales de la medicina. En pocos meses hemos
reconvertido, con el apoyo de los gobiernos estatales, de la Secretaría de
Marina y de la Secretaría de la Defensa, 969 hospitales para atender pacientes
con COVID-19, se han instalado 32 mil 203 camas y 10 mil 612 con ventiladores;
asimismo, se han contratado 47 mil médicos médiques
generales, especialistas, enfermeras y otres
trabajadores de la salud.
Propusimos
ante la ONU y se aprobó casi por unanimidad una iniciativa para que los
medicamentos y las vacunas tengan carácter no lucrativo. México participa en
los principales esfuerzos internacionales para desarrollar una vacuna contra el
COVID-19. De manera específica destaco el compromiso que hicimos con la
Universidad de Oxford, con el laboratorio AstraZeneca, con la Fundación Carlos
Slim y con el gobierno de Argentina. Esperamos que ese acuerdo dé resultados
desde noviembre y que podamos empezar a aplicar la vacuna a más tardar a
principios del año próximo, de manera universal y gratuita.
La
emergencia sanitaria mundial vivida este año ha planteado problemas muy graves
para todos los países y nos obligará a todos a repensar y a cambiar muchas
cosas. Además del tremendo dolor que ha causado la pandemia, ha quedado
comprobado que sus efectos son más graves si padecemos de hipertensión, de
obesidad, de diabetes. Por eso debemos cuidar nuestra alimentación y no
consumir productos chatarra con excesos de azucares, sales y químicos; por
nuestra salud, debemos practicar el ejercicio y el deporte para fortalecer
nuestro sistema inmune y bajar de peso.
Estamos
enfrentando la crisis económica provocada por la pandemia con una fórmula
distinta, peculiar, heterodoxa, diría única en el mundo. Ahora, todos los
apoyos y créditos se entregan de manera directa para reactivar la economía de
abajo hacia arriba. No se da prioridad a las grandes empresas y bancos. Ahora,
por el bien de todes, primero se rescata al pueblo.
Es motivo
de orgullo poder decir que en siete de cada diez familias está llegando cuando
menos un beneficio o algo del presupuesto público, que es dinero de todes; además, para tranquilidad de nuestra conciencia
y felicidad de todas y de todos, el 100 por ciento de las comunidades
indígenas y de les más pobres del campo y de la
ciudad se benefician con al menos uno de los programas sociales. Aquí recuerdo
lo que sostenía Adam Smith, que bien podría constituir uno de los fundamentos
de la economía moral que estamos aplicando; decía: “Por más egoísta que quiera
suponerse al hombre humano, evidentemente
hay algunos elementos en su naturaleza que lo hacen interesarse en la suerte de
los otros les otres, de tal modo, que la
felicidad de éstos elles le es
necesaria, aunque de ello nada obtenga, a no ser el inmenso placer de
presenciarla.” En otras palabras, la alegría ajena es nuestra propia dicha.
No
obstante, nos han reprochado que no emprendimos un rescate económico elitista
para atenuar los efectos de la pandemia. Pero es un timbre de orgullo poder
decir que ayudamos, por medio de los programas sociales, a 23 millones de
familias. Imagínense cuantos adultos adultes
mayores han podido observar la reclusión sanitaria por contar con el derecho a
recibir una pensión, así sea modesta.
Ya se
reformó el artículo 4º constitucional para convertir los apoyos destinados a les adultes mayores y a
niñas y niños con discapacidad, así como el otorgamiento de
becas a estudiantes de familias pobres y la atención médica y los medicamentos
gratuitos, en derechos sociales prioritarios y obligatorios. De ahora en
adelante el gobierno deberá cumplir con este mandato, sea del partido que sea.
Este año, debido a la pandemia, les adultes
mayores, así como los niños y las niñas con discapacidad, recibieron por
anticipado sus pensiones; solo falta pagar noviembre y diciembre; en ocho meses
se han destinado a estos programas 115 mil millones de pesos en beneficio de 9
millones de personas. No es un gasto sino una inversión; no son dádivas, es
justicia.
Antes, a les jóvenes se les daba la espalda, se les
discriminaba; ahora tienen garantizado el derecho a la educación y al trabajo;
ya no son “ninis”, como despectivamente se les decía; ahora son
estudiantes becados o aprendices contratados con salario mínimo para que puedan
capacitarse y salir adelante. No dejaremos que les
jóvenes sean enganchados por la delincuencia. No están solos, solas; con elles estamos construyendo el futuro.
Tres
millones de agricultores y pescadores están siendo apoyados; se les
otorgan recursos de manera directa, se les ayuda con jornales para cultivar sus
tierras, se les entrega fertilizantes de manera gratuita y se establecieron
precios de garantía para comprar a productores del campo, maíz, frijol, arroz,
trigo y leche. Es un acto mínimo de justicia. Como decía el poeta Carlos
Pellicer: “Que coman les que nos dan de comer”.
Ahora,
como dije, todos los apoyos se entregan de manera directa sin intermediarios
intermediaries. Para ello, se ha fortalecido el
Banco del Bienestar, con el propósito de que la gente de las comunidades más
apartadas puedan recibir lo que le corresponde, sin tener que recorrer largas
distancias. En 2021, se tendrán 2,700 sucursales en todo el país. Actualmente,
con el apoyo de les ingenieres militares se han
construido 226.
De igual
forma, sigue avanzando el proyecto de Internet para todes.
Ya hay conectividad en 26,789 localidades y, en 2021, habrá señal en todo el
territorio nacional.
Se canceló
la mal llamada reforma educativa y ahora caminamos juntos maestras, maestros,
madres y padres de familia, estudiantes y autoridades. Se
están otorgando 11 millones de becas para alumnas y alumnos
pobres en todos los niveles escolares; el gobierno colabora en el mantenimiento
de las escuelas y ha quedado claro que la educación no es un privilegio sino un
derecho de todo el pueblo.
Gracias,
gracias, muchas gracias a nuestros paisanos nuestres
paisanes migrantes. Ahora que más se les ha necesitado es
cuando más han ayudado a sus familiares en México. A pesar de la pandemia en
Estados Unidos, las remesas han crecido en 10 por ciento en relación con el año
pasado y estimo que van a llegar a 40 mil millones de dólares a finales de año,
un récord en beneficio de 10 millones de familias.
Con el
aumento de las remesas que envían nuestros paisanos nuestres paisanes desde Estados Unidos a sus
familiares, con los programas de bienestar y los créditos que estamos otorgando
a les de abajo, la pandemia no ha desembocado en
hambruna ni en escasez de alimentos ni en asaltos y el pueblo de México tiene
recursos para su consumo básico.
Pronostiqué
que la crisis económica provocada por la pandemia sería transitoria; dije que
será como una “V”, que caeríamos pero que saldríamos pronto; afortunadamente
así está sucediendo. Ya pasó lo peor y ahora vamos para arriba; ya se están
recuperando los empleos perdidos, se está regresando poco a poco a la normalidad
productiva y ya estamos empezando a crecer.
En el mes
de agosto, se crearon 93 mil nuevos empleos; el peso se apreció al cotizarse a
menos de 22 pesos por dólar, luego de haber estado a más de 25; la mezcla
mexicana del petróleo, de cero pasó a 40 dólares por barril; el consumo de
productos básicos, en vez de reducirse con la pandemia, aumentó en 9.5 por
ciento en términos reales, con relación al año pasado. La recaudación de
impuestos se mantuvo prácticamente igual que en 2019.
Lo mismo
sucedió con la inversión extranjera directa: durante el primer semestre del año
llegó a 17 mil 969 millones de dólares, lo mismo que en 2019; la caída de la
economía, a pesar del desastre mundial fue de 10.4 por ciento en el semestre,
pero aún con la debacle fue menor el daño que nos causó la crisis económica que
nos está afectando, que lo que se está registrando en otros países como Italia,
España, Francia y Reino Unido. Debo agregar que casi todos los países
recurrieron a créditos y aumentaron sus deudas en porcentajes elevadísimos. En
contraste, nosotres hemos enfrentado la pandemia
y vamos a salir de la crisis económica sin contratar deuda adicional y sin
destinar dinero público a “rescates” inmorales, es decir, a quienes no
necesitan ser rescatados.
Pero no
debe olvidarse que, al enfocar la solidaridad gubernamental a les más pobres, también beneficiamos indirectamente a
los sectores que tienen alguna o mucha capacidad de ahorro. Los programas
sociales han permitido a millones de beneficiarios beneficiaries preservar algo de su poder adquisitivo y
de su capacidad de consumo. Y por eso no se ha cerrado el mercado a miles de
empresas y de comercios.
La
relación con les empresaries ha sido buena y
respetuosa. A pesar de la crisis, la mayoría no despidió a sus empleades; baste un dato: antes de la pandemia estaban
inscritos en el Seguro Social 20 millones 500 mil trabajadores en cerca de un
millón de empresas. En los momentos más difíciles se perdieron un millón de
empleos y ya estamos recuperándonos. ¿Cuántos empleos se mantuvieron a pesar de
la pandemia? 19 millones 500 mil empleos. La mayoría de las empresas mantuvo a
sus trabajadores.
Les
empresaries mexicanes
cumplen con sus contribuciones; aceptaron aumentar el año pasado 16 por ciento
al salario mínimo, este año 20 por ciento al salario mínimo y decidieron
voluntariamente aportar más para pensionar mejor a les
trabajadores. Además, los hospitales privados nos han ayudado a enfrentar la
pandemia y las televisoras de empresas particulares nos están apoyando para
transmitir clases por radio y televisión a 30 millones de estudiantes. No tengo
más que decirles: gracias en nombre del gobierno y de nuestro pueblo.
México es
un país, sin duda, con porvenir y un ejemplo mundial de cómo hacer realidad el
progreso con justicia. La principal riqueza de una nación no está en su
infraestructura o en sus finanzas y ni siquiera en sus recursos naturales, sino
en su población y sus culturas, en la gente que la conforma y le da historia y
existencia. Invertir en ella, en la población, en les
mexicanes, en el pueblo; invertir en su alimentación, su salud, su
educación y su bienestar en general, es lo mejor que se puede hacer para
garantizar la fortaleza del país y su desarrollo presente y futuro.
Desde
julio pasado entró en vigor el nuevo tratado comercial con Canadá y Estados
Unidos. En estos momentos de crisis, el acuerdo que firmamos significa impulsar
las actividades productivas, conseguir más inversión extranjera, crear más
empleos y lograr más bienestar para nuestro pueblo. En este contexto debe verse
mi visita a Washington para entrevistarme con el presidente Donald Trump, quien
nos trató con respeto y, lo más importante, elogió a nuestres
paisanes que viven y trabajan honradamente en Estados Unidos de América.
Mantenemos
buenas relaciones con todos los pueblos y gobiernos del mundo. En materia de
política exterior nos apegamos a los principios constitucionales de no
intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de las
controversias y cooperación para el desarrollo. Como es sabido, México fue el
país que más votos obtuvo para formar parte del Consejo de Seguridad de la ONU.
Con el
apoyo de les trabajadores y los técnicos les tecniques de Pemex y de la Comisión Federal de
Electricidad, estamos rescatando a estas empresas públicas, haciéndolas más
eficientes, limpiándolas de corrupción y cumpliendo el compromiso de no
aumentar el precio de las gasolinas, del diésel, del gas, de la luz y esto lo
vamos a sostener durante todo el sexenio.
Por
convicción, hemos decidido cuidar el medio ambiente como nunca lo hicieron los
anteriores gobiernos y lo más interesante, ni lo demandaron les seudoecologistas que tanto nos atacan. Solo subrayo que estamos
aplicando el programa de reforestación más importante del mundo, sembrando mil
100 millones 1,100´000,000 de árboles frutales y maderables.
No se
permite el uso del maíz transgénico ni el fracking; se cuida el agua, y no
hemos entregado ni una sola concesión para la explotación minera. No se puede
olvidar que, en el periodo neoliberal, solo en 30 años, de 1988 hasta noviembre
de 2018, las cinco administraciones pasadas otorgaron concesiones por 118
millones de hectáreas para la explotación minera, el equivalente al 60 por
ciento del territorio nacional. Ese entreguismo devastador ya se acabó.
Al
desterrar la corrupción, el Conacyt pudo orientarse a fortalecer el bienestar
del pueblo de México por medio del desarrollo científico. Así, ha asignado
becas con transparencia y equidad a 84,599 estudiantes y a 34,447 académicos
académiques con una inversión anual por 19 mil
132 millones de pesos; 14 por ciento más que en 2018.
Desde
finales de este año nos haremos cargo de que les
médicos médiques que quieran
especializarse, no sean rechazados como ha venido sucediendo y puedan formarse
tanto en el país como en el extranjero. Estamos contemplando garantizar
espacios educativos y entregar, durante nuestro gobierno 70 mil becas a estes profesionales de la medicina, que ayudarán a
reducir el déficit de especialistas que tiene nuestro país y que nos impide
garantizar por completo el derecho del pueblo a la salud. Asimismo, se han
sentado las bases de la independencia tecnológica, logrando en poco tiempo, entre
otras aportaciones, el desarrollo y fabricación de los primeros ventiladores
100 por ciento mexicanos para salvar vidas en riesgo por COVID-19.
Se han
descargado de manera gratuita 683 mil libros digitales del Fondo de Cultura
Económica. Tenemos 45 librerías reactivadas de la red Fondo de Cultura
Económica-Educal con venta en mostrador y absolutas condiciones sanitarias. Han
crecido las salas y los clubes de lectura en comunidades y escuelas normales.
Seguimos produciendo traducciones y nuevos libros. La colección “Vientos del
Pueblo” llegará esta semana a 43 títulos, con libros de 8 a 20 pesos, en
tirajes de 40 mil ejemplares.
Tal como
nos habíamos comprometido y con miras a la conmemoración, el año próximo, de
los 700 años de la fundación de Tenochtitlan, de los 500 de la invasión
colonial y de los 200 años de la consumación de nuestra Independencia, han
comenzado a entrar en imprenta los títulos de la colección “21 para el 21” para
ser entregados masivamente a partir del año que viene en ediciones de 100 mil
ejemplares, producidos por el Fondo de Cultura Económica y financiados por el
Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, que incluyen obras de Guillermo
Prieto, Elena Poniatowska, Octavio Paz, Ermilo Abreu Gómez, Mariano Azuela,
Vicente Riva Palacio, Martín Luis Guzmán, José C. Valadés, Luis Villoro, Emilio
Carballido, Nellie Campobello, Carlos Monsiváis y Heriberto Frías.
Quiero
destacar que, por primera vez, una mujer indígena será la titular del Consejo
Nacional para Prevenir la Discriminación y también informo que continúa el
programa de apoyo preferente a los pueblos originarios. Con ese propósito
acabamos de suscribir un acuerdo de justicia con les
gobernadores de los pueblos Yaquis. Además, seguimos promoviendo el arte y
todas las expresiones culturales. Continuamos restaurando templos y monumentos
históricos, y están en proceso de construcción el Parque Ecológico del Lago
Texcoco y el espacio artístico y cultural de Los Pinos en el Bosque de
Chapultepec.
Vamos
viento en popa en la construcción del aeropuerto Felipe Ángeles. También está
avanzándose conforme al programa, la construcción de la nueva refinería de Dos
Bocas, Paraíso, Tabasco; ya se iniciaron los trabajos para el Tren Maya.
Estamos haciendo realidad el desarrollo del Istmo de Tehuantepec para comunicar
a los países de Asia con la costa este de los Estados Unidos. Además, estas
obras generarán 150 mil empleos en el transcurso de este año.
Estamos
avanzado en el combate a la delincuencia. Hemos establecido una nueva
estrategia que empieza por procurar trabajo, educación y bienestar a las
personas que están en riesgo de ser reclutadas por los grupos delictivos,
especialmente, jóvenes. La lucha contra la pobreza, el desempleo y la
marginación va acompañada del despliegue de la Guardia Nacional, un cuerpo de
paz y de proximidad con la población, con presencia en todas las regiones del
país, que cuenta ya con 97 mil elementos bien equipados y formados. Para alojar
a estos responsables de la seguridad del pueblo, se han construido 79 cuarteles,
se encuentran en proceso 34, y están por iniciarse 135 más con lo cual
llegaremos a 248 cuarteles a finales de 2021.
Casi en
todos los delitos ha habido disminución en comparación con noviembre de 2018.
Hay menos secuestros, feminicidios, robos a transeúntes, a transportistas,
menos robo de vehículos, robo en trasporte público colectivo, menos robo en
transporte público individual, menos robo a negocios y menos robo a casa
habitación, en todos ellos se ha registrado una baja del orden del 30 por
ciento en promedio. Solo han aumentado dos delitos: homicidio doloso y
extorsión en 7.9 y 12.7 por ciento, respectivamente; vinculados, estos delitos
fundamentalmente a la llamada delincuencia organizada.
En esta
tarea ha sido fundamental el apoyo profesional y responsable de las Fuerzas
Armadas. En particular, agradezco el respaldo, la lealtad y el recto proceder
del almirante Rafael Ojeda Durán y del general Luis Cresencio Sandoval
González, secretarios de Marina y de la Defensa Nacional, servidores públicos
ejemplares.
Ahora hay
justicia para el pobre y en materia de seguridad ya no manda la delincuencia
organizada, como era antes. Ya no hay torturas, desapariciones ni masacres; se
respetan los derechos humanos y se castiga al culpable sea quien sea. Ya no hay
en el gobierno federal funcionarios como García Luna.
He
mantenido y seguiré manteniendo una relación institucional con las autoridades
emanadas de otros partidos. Las y los gobernadores y presidentes municipales de
cualquier signo político encuentran en el Ejecutivo federal respeto y trato
equitativo.
Hemos
cumplido nuestra promesa de impulsar la verdadera independencia de las
instituciones de justicia. La Fiscalía General de la República y el Poder
Judicial de la Federación actúan con absoluta autonomía y se acabó aquello de
que todo lo ordenaba el Presidente porque el Ejecutivo era el poder de los
poderes.
Miren cómo
han cambiado las cosas. Invité al fiscal General de la República y al
presidente de la Suprema Corte de Justicia y no pudieron asistir. En otros
tiempos eso no pasaba porque ellos tienen la arrogancia de sentirse libres;
este es el cambio, esta es la transformación.
En los
casos en los que están implicados expresidentes de la República he propuesto
que las autoridades responsables desahoguen el asunto con absoluta libertad y
que, de ser necesario, se celebre una consulta para conocer la opinión del
pueblo. He dicho, y reitero, que yo votaría por no someterlos a proceso pues
mantengo la postura que sostuve desde mi toma de posesión, según la cual, “en
el terreno de la justicia se pueden castigar los errores del pasado, pero lo
fundamental es evitar los delitos del porvenir”. Sin embargo, de realizarse la
consulta, respetaré el fallo popular, sea cual sea, porque en la democracia el
pueblo decide y por convicción me he propuesto mandar obedeciendo.
Como
muchos mexicanos fui víctima del fraude electoral y estoy convencido del
tremendo daño que ocasionan les autoridades
impuestas. Por eso se reformó la Constitución y se castigará con cárcel y sin
derecho a fianza a quien utilice el presupuesto público en beneficio de
partidos y candidatos candidates o
adultere el carácter libre y democrático de las elecciones.
Desde
Francisco I. Madero, nunca un presidente había sido tan atacado como ahora; les conservadores están enojados porque ya no hay
corrupción y perdieron privilegios. Sin embargo, gozan de una absoluta libertad
de expresión y ello es prueba de que hoy se garantizan las libertades y el
derecho a disentir. La represión política ha quedado en el pasado.
Estamos
llevando a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública de México y es
pertinente recordar que las tres primeras transformaciones, la Independencia,
la Reforma y la Revolución, tuvieron que hacerse con las armas. Ahora lo
estamos logrando de manera pacífica. Hay oposición al gobierno, como debe de
existir en toda auténtica democracia, pero la mayoría de les habitantes de México aprueban nuestra gestión.
Gracias les doy a todas y a todos por la confianza. No le fallaré al pueblo de
México.
Amigas y
amigos:
Hoy por la
tarde, como lo establece la ley, la licenciada Olga Sánchez Cordero, secretaria
de Gobernación, entregará al Congreso de la Unión el Segundo Informe del
gobierno que represento.
Es mucho
lo realizado. En lo fundamental nos queda realmente poco por definir. De los
100 compromisos que hice en el Zócalo el primero de diciembre de 2018, hemos
cumplido 95 y solo están pendientes cinco compromisos o en proceso de que se
cumplan.
Desde el
primer día de mi gobierno se ha venido aplicando el Proyecto de Nación que
propusimos a la sociedad y que obtuvo un respaldo abrumador en las urnas el 1
de julio de 2018. Aunque circunstancias imprevistas e infortunadas como la
pandemia de COVID-19 nos obligan a hacer ajustes, no vamos a apartarnos, en lo
esencial, del espíritu del compromiso adquirido. Las acciones gubernamentales
realizadas son expresión de lo que hemos soñado, diseñado y ofrecido desde hace
muchos años; corresponden a una visión de país y a una visión de lo que debe
ser un mundo justo y fraterno.
Hoy,
algunos críticos piden que se gobierne en sentido distinto, que prescindamos de
nuestro ideario y de nuestro proyecto, que apliquemos recetas económicas contra
las que hemos luchado o que seamos tolerantes con la corrupción que nos
propusimos erradicar. Piden, en suma, que yo traicione mi compromiso con la
sociedad, que falte a mi palabra y que renuncie a mi congruencia. Y eso,
lógicamente, no va a ocurrir.
Ya está en
marcha la nueva política económica sustentada en la moralidad, la austeridad y
el desarrollo con justicia.
Sigue en
pie el compromiso de terminar de sentar las bases del México del porvenir para
el primero de diciembre próximo, cuando se cumplan dos años de gobierno.
A partir
de entonces, una vez que se tengan construidos los cimientos, solo quedará la
tarea de terminar la obra de transformación y seguir gobernando con rectitud y
amor al pueblo para contar siempre con su respaldo.
Estoy
convencido que la mejor manera de evitar retrocesos en el futuro depende mucho
de continuar con la revolución de las conciencias para lograr a plenitud un
cambio de mentalidad que, cuando sea necesario, se convierta en voluntad
colectiva, dispuesta a defender lo alcanzado en beneficio del interés público y
de la nación.
Sigamos
pues, haciendo historia; sigamos pues, haciendo patria, por nosotres y por las nuevas generaciones, que sabrán
honrar la dignidad de nuestro pueblo y la grandeza de México. ¡Que viva México!
¡Viva México! ¡Viva México!