Teología de la Liberación.



                    
TEOLOGIA DE LA LIBERACION

A lo largo de la historia del mundo han salido una serie de teorias económicas, filosóficas y también teológicas...y con el respeto de la religión que profesemos posteo la Teologia de la Liberación...para conocimiento o aportes al respecto.

La Teología de la Liberación es una corriente teológica que comenzó en Latinoamérica después del Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968). Sus ideólogos más destacados son los sacerdotes Gustavo Gutiérrez Merino, (peruano), quien en 1973 editaría el primer libro sobre el tema Historia, política y salvación de una teología de liberación, y Leonardo Boff (brasileño). La Teología de la Liberación intenta responder a la cuestión que 
les cristianes de América Latina se plantean cómo ser cristiane en un continente oprimido. ¿Cómo cantar al Señor en una tierra extraña? ¿Cómo conseguir que nuestra fe no sea alienante sino liberadora? Los máximos exponentes de esta teología, Monseñor Romero, arzobispo de El Salvador y el jesuita Ellacuría, fueron asesinados a sangre fría, así como otros muchos catequistas, sacerdotes y agentes de pastoral que practicaban y aceptaban sus supuestos, en varios países de América Latina.

Antecedentes 
Los antecedentes más importantes de esta Teología se encuentran en Brasil, donde a partir de 1957 comenzó en la Iglesia Católica un movimiento de Comunidades de Base que para 1964 ya era digno de ser considerado en el "Primer Plan Pastoral Nacional 1965-1970". También en Brasil Paulo Freire, un maestro del nordeste, desarrolló un nuevo método para alfabetizar mediante un proceso de concienciación. Los movimientos de estudiantes y de trabajadores de Acción Católica se fueron comprometiendo con esta ideología, así como importantes intelectuales 
católiques. Algunes católiques empezaron a utilizar conceptos marxistas para analizar la sociedad. Richard Shaull, un misionero presbiteriano, planteó la cuestión de si la revolución tendría un significado teológico. Él y algunes jóvenes protestantes empezaron a discutir esos temas con sacerdotes dominicos e intelectuales católiques.

Principales ideas
Algunas de las ideas de la Teología de la Liberación son: 

-La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, social, política e ideológica, ya que estos elementos son signos visibles de la dignidad del hombre 
humane.
-Eliminar la explotación, las faltas de oportunidades e injusticias de este mundo.
-Garantizar el acceso a la educación y la salud.
-La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.
-La situación actual de la mayoría de 
les latinoamericanes contradice el designio histórico de Dios y que la pobreza es un pecado social.
No solamente hay pecadores, sino que también hay víctimas del pecado que necesitan justicia y restauración. 
Todes somos pecadores, pero en concreto hay que distinguir entre víctima y victimario.
-Tomar conciencia de la lucha de clases optando siempre por 
les pobres.
-Afirmar el sistema democrático profundizando la concienciación de las masas acerca de sus 
verdaderes enemigues para transformar el sistema vigente.
-Crear un “hombre nuevo
 humane nueve como condición indispensable para asegurar el éxito de la transformación social. Un hombre Un humane solidarie y creative como motor de la actividad humana en contraposición a la mentalidad capitalista de especulación y espíritu de lucro.
-La libre aceptación de la doctrina evangélica, es decir, primeramente procurar a la persona unas condiciones de vida dignas y posteriormente su adoctrinamiento evangélico si la persona quiere.
Sin embargo, es capital destacar la apreciación que hace Gustavo Gutierrez: al contrario que otros postulados teológicos o filosóficos, la Teología de la Liberación es un acto segundo, es decir, emana de una experiencia de compromiso y trabajo con y por 
les pobres, de horror ante la pobreza y la injusticia, y de apreciación de las posibilidades de las personas oprimidas como creadores de su propia historia y superadores del sufrimiento. No es, por tanto, un desarrollo intelectual que luego se quiera llevar a la realidad.

Juan Pablo II y la Teología de la liberación 
El Papa Juan Pablo II solicitó a la "Congregación para la Doctrina de la Fe" dos estudios sobre la Teología de la Liberación que fueron hechos en sendos documentos en 1984 y 1986 con los nombres de [Libertatis Nuntius] y [Libertatis Conscientia] donde se consideraba básicamente que, a pesar del compromiso radical de la Iglesia católica con 
les pobres, la disposición de la Teología de la Liberación a aceptar postulados de origen marxista o de otras ideologías políticas no era compatible con la doctrina católica, especialmente en lo referente a que la redención sólo era posible alcanzarse con un compromiso político.

Las falacias de la Teología de la Liberación, según conclusiones del vaticano fueron:

1 - Desde un punto de vista teológico, el análisis marxista no es una herramienta científica para 
le teólogue (el teólogo), que debe, previamente a la utilización de cualquier método de investigación de la realidad, llevar a cabo un exámen crítico de naturaleza epistemológica, más que un examen social o económico.
2 - El marxismo es, además, una concepción totalizante del mundo, irreconciliable con la revelación cristiana, en el todo como en sus partes.
3 - Esta concepción totalizante impone su lógica y arrastra a la "teología de la liberación" a un concepto de la práxis, que hace de toda verdad una verdad partidaria, es decir, relativa a un determinado momento dialéctico.
4 - La violencia de la lucha de clases es también violencia al amor de 
les unes contra les otres y a la unidad de todes en Cristo; es una concepción puramente estructuralista, para legitimar esa violencia.
5 - Decir que Dios se hace historia, e historia profana, es caer en un inmanentismo historicista, que tiende injustificadamente a identificar el Reino de Dios y su devenir, con el movimiento de la liberación meramente humano, lo que está en oposición con la fe de la Iglesia.
6 - Esto entraña, además, que las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad reciban un nuevo contenido como "fidelidad a la historia", "confianza en el futuro", y "opción por 
les pobres" que en realidad les niega su sustancia teológica.
7 - La politización de las afirmaciones de la fe y de los juicios teológicos lleva a la aceptación de que un hombre  humano, en virtud de su pertenencia objetiva al mundo de 
les riques (ricos), es ante todo, un enemigue de clase al que hay que combatir.
8 - Todo eso lleva a un clasismo intolerable dentro de la Iglesia y a una negación de su estructura sacramental y jerárquica, 'hendiendo al Cuerpo Místico de Cristo en una vertiente "oficial" y otra "popular", ambas contrapuestas caso reciente de Nicaragua).
9 - La nueva hermenéutica de 
les teólogues de la liberación conduce a una relectura esencialmente política de la Escritura y a una selectividad parcial y mendaz de la selección de los textos sacros, desconociendo la radical novedad del Nuevo Testamento, que es la liberación del pecado, como la fuente de todos los males.
10- También entraña el rechazo de la Tradición como fuente de la fe y una distinción inadmisible entre el "Jesús de la Historia" y el "Jesús de la Fe", a espaldas del magisterio eclesiástico».



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