martes, 4 de noviembre de 2014

Carta del jefe amerindio Seattle al Presidente de los EEUU



No me responsabilizo si la historia escrita es cierta o ficticia, solamente quiero mostrar el resultado que se consigue aplicando “el nuevo uso del artículo neutro”.
(Escrito obtenido en internet)

"Carta del Jefe amerindio Seattle al Presidente de los EEUU"

El presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish, para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Wáshington. A cambio, promete crear una "reservación" para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.
El Gran Jefe Blanco de Wáshington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, les humanes blanques podrán venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Wáshington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones. Como las estrellas inmutables son mis palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotres una idea extraña.
Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?
Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de les insectes son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.
Les muertes de le humane blanque olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestres muertes jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotresLas flores perfumadas son nuestras hermanasle cierve, el caballo, le gran águile, son nuestres hermanes. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y de les humanes. Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Wáshington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotres. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotres seremos sus hijes. Por lo tanto, nosotres vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotres. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestres antepasadesSi les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niñes que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos hablan de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasades.
Los ríos son nuestros hermanos, sacian nuestra sed. Los ríos cargan nuestras canoas y alimentan a nuestres niñes. Si les vendemos nuestras tierras, ustedes deben recordar y enseñar a sus hijes que los ríos son nuestros hermanos, y los suyos también. Por lo tanto, ustedes deberán dar a los ríos la bondad que le dedicarían a cualquier hermane.
Sabemos que le humane blanque no comprende nuestras costumbres. Para  una porción de tierra tiene el mismo significado que cualquier otra, pues es un forastero que llega en la noche y extrae de la tierra aquello que necesita. La tierra no es su hermana sino su enemiga, y cuando ya la conquistó, prosigue su camino. Deja atrás las tumbas de sus antepasades y no se preocupa. Roba de la tierra aquello que sería para sus hijes y no le importa.
La sepultura de su padre y los derechos de sus hijes son olvidados. Trata a su madre, a la tierra, a su hermane y al cielo como cosas que puedan ser compradas, saqueadas, vendidas como carneres o adornos coloridos. Su apetito devorará la tierra, dejando atrás solamente un desierto.
Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes a las suyas. Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.
No hay un lugar quieto en las ciudades de le humane blanque. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir de las alas de un insecto. Más tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.
¿Qué resta de la vida si une humane no puede oír el llorar solitario de une ave o el croar nocturno de les ranes alrededor de un lago?. Yo soy un hombre piel roja y no comprendo. Le indie prefiere el suave murmullo del viento encrespando la superficie del lago, y el propio viento, limpio por una lluvia diurna o perfumado por los pinos.
El aire es de mucho valor para le humane de piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire - el animal, el árbol, les humanes todes comparten el mismo soplo. Parece que le humane blanque no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra a le humane blanque debe recordar que el aire es valioso para nosotres, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a nuestres abueles su primer respiro, también recibió su último suspiro. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo humane blanque pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.
Por lo tanto, vamos a meditar sobre la oferta de comprar de nuestra tierra. Si decidimos aceptar, impondré una condición: le humane blanque debe tratar a les animales de esta tierra como a sus hermanes.
Soy un hombre salvaje y no comprendo ninguna otra forma de actuar. Vi un millar de búfales pudriéndose en la planicieabandonades por los hombres blancos que les abatió desde un tren al pasarYo soy un hombre salvaje y no comprendo cómo es que el caballo humeante de hierro puede ser más importante que les búfalesporque nosotres sacrificamos solamente para sobrevivir.
¿Qué es le humane sin les animales? Si todes les animales se fuesen, le humane moriría de una gran soledad de espíritu, pues lo que ocurra con les animales en breve ocurrirá a les humanesHay una unión en todo.
Ustedes deben enseñar a sus niñes que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abueles. Para que respeten la tierra, digan a sus hijes que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niñes lo que enseñamos a les nuestres, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a les hijes de la tierra. Si les humanes escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.
Esto es lo que sabemos: la tierra no pertenece a le humane; es le humane le que pertenece a la tierra. Esto es lo que sabemos: todas las cosas están relacionadas como la sangre que une a una familia. Hay una unión en todo.
Lo que ocurra con la tierra recaerá sobre les hijes de la tierra. Le humane no tejió el tejido de la vida;  es simplemente uno de sus hilos. Todo lo que hiciere al tejido, lo hará a sí mismo.
Incluso le humane blanque, cuyo Dios camina y habla como , de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Es posible que seamos hermanes, a pesar de todo. Veremos. De una cosa estamos segures que le humane blanque llegará a descubrir algún día: nuestro Dios es le mismo Dios.
Ustedes podrán pensar que le poseen, como desean poseer nuestra tierra; pero no es posible, Le es le Dios de les humanes, y su compasión es igual para le humane piel roja como para le humane piel blanca.
La tierra es preciosa, y despreciarla es despreciar a su creador. Les blanques también pasarán; tal vez más rápido que todas las otras tribus. Contaminen sus camas y una noche serán sofocados por sus propios desechos.
Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza de le Dios que les trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre le humane piel roja.
Este destino es un misterio para nosotres, pues no comprendemos el porqué les búfales son exterminadesles caballes bravíos son todes domades, los rincones secretos del bosque denso son impregnados del olor de muches humanes y la visión de las montañas obstruidas por hilos para hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con le águile? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.
FIN

Atención.-
La palabra “hombre/s“ se la usa también para referirse al hombre y a la mujer. Yo sustituyo en algunos casos, la palabra hombre/s por "humano/s.

He cambiado también el género de los animales con "el nuevo uso del artículo neutro".

El considerar a Dios como un ser neutro, será desición de cada persona.

La frase: Los ríos son nuestros hermanos, se queda igual porque el género de las cosas, de lo inanimado, se mantendrá invariable. Ósea, nuestros ríos son nuestros hermanos y las flores son nuestras hermanas.

Si alguien se confunde y quiere retomar el significado masculino o femenino de un sustantivo, sólo tiene que cambiar la "e" del neutro por la "o" o por la "a".




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